Cambio de cultura

Necesitamos un cambio cultural ¿O no?
Visitamos el País Vasco en julio del año 2000 para tratar de encontrar soluciones a fin de implementar voto electrónico en el Estado de México.
Las autoridades responsables de las elecciones amablemente nos mostraron su ingeniería para que la gente votara de manera electrónica y se tuvieran resultados confiables para todos inmediatamente.
El procedimiento adoptado fue muy simple, de acuerdo con su tradición electoral: En campaña los partidos reparten las boletas a sus electores, quienes  el día de la elección las llevan a la urna y la depositan previa acreditación en la casilla.
La innovación electrónica desarrollada implicó poner un chip en la boleta del partido y un dispositivo lector en la urna de tal forma que en cuanto se depositara por el ciudadano se fuera contabilizando de manera inmediata.
Tras la presentación de su sistema de voto electrónico representantes del  PRI, PAN, PRD, PT, PVEM, hicieron una serie de preguntas. Los Vascos las escucharon incrédulos: ¿Cómo evitan que una persona meta dos o más boletas? ¿Y si el partido manda a alguien a meter boletas cómo lo evitan? ¿Y si alguien se  lleva la urna ya no habría boletas, como se podría hacer un recuento de votos? ¿Puede el Presidente de la casilla manipular la urna? ¿Y si alguien vota en una urna y luego va a otra y mete otro voto, y luego va a otra y mete uno más y así…? ¿Y si desde la autoridad electoral se arman previamente los resultados?  
A cada pregunta los funcionarios del País Vasco, sorprendidos, abrían más grandes los ojos.
Y aquí las respuestas de Iñaki quien pertenecía al partido en el gobierno: ¡Pero lo que ustedes dicen es absurdo, son cosas verdaderamente fuera de la realidad¡ ¿Cómo alguien podría pensar siquiera en meter dos votos a la urna si solo tiene uno? ¿Quién querría andar de urna en urna metiendo votos? No creo que alguien pudiera intentar robarse una urna, eso sería un delito.
¿Cómo una autoridad electoral que tiene la responsabilidad de organizar las elecciones y dar certeza se atrevería a fabricar resultados? Eso no sólo es impensable, sería antiético, imagínense, tras hacerlo cómo alguien podría mirar a los ojos a su mujer, a sus hijos a sus padres, a sus amigos, a sus vecinos, dijo Iñaki.  
Tras una decena de respuestas y argumentos de ese tipo, Iñaki nos dijo: Pero es que yo no entiendo, ustedes me están hablando de otra cosa, de otra cultura, aquí cada persona sabe que su voto es su voluntad, en general los partidos también lo saben, y la autoridad mucho más, por eso procura hacer bien todo lo necesario para que se respete esa voluntad.
Con cierto desánimo Iñaki entendió que por muy avanzado que fuera su sistema de votación no era una solución para el Estado de México.
Como que se requiere un cambio cultural  ¿O no?      

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