A mí sí me preocupa Peña Nieto

 A mí sí me preocupa Peña Nieto…
Es una realidad que Enrique Peña Nieto puede ser el próximo Presidente de México.
Para lograrlo no sólo tiene  consigo a varios representantes de poderes fácticos en el país, sino también tiene alineados a un partido político con capacidad organizativa y estructurada,  a buenos hacedores de imagen, a líderes y caciques locales que creen en él y a millones de personas  que lo avalan por todos lados.
Por eso es que a mí sí me preocupa que Enrique Peña Nieto no pueda demostrar, en cualquier circunstancia fuera del script de telenovela,  capacidad para hacer frente a cualquier adversidad  y salir victorioso del desafío por más simple y tonto que parezca.
Tras la pifias cometidas y que se han hecho evidentes a la opinión pública (olvidar el título de libros, confundir autores, no saber el precio de productos básicos, hacer el ridículo hablando inglés) su equipo de imagen lo hace responder como si fuera un “producto” en el mercado, lo cual no resuelve el problema de liderazgo.
Me recuerda mucho lo ocurrido publicitaria y comercialmente en la década de los 80 con la empresa Bimbo y sus bimbuñuelos: La gente no los compraba porque siempre estaban quebrados en los exhibidores. Los publicistas acertaron y la campaña se enfocó a destacar lo rico que era hacerles “crash” (quebrarlos) para comerlos. Así, al público consumidor dejó de importarle que estuvieran quebrados en el exhibidor. La gente los compraba, pero de cualquier manera siempre estaban quebrados.
Sus publicistas y el mismo nos han querido aplicar la salida tipo Bimbuñelos para que lo compremos. A Peña Nietose le olvidan los títulos de los libros que supuestamente ha leído, y en su discurso inmediato, al registrarse como candidato, intenta contrarrestar el error  diciendo  que no se le olvidarán los miles de pobres, de mujeres, de etc., etc.
Considero que el problema no es el olvido del título de los libros y mucho menos la respuesta discursiva-propagandística para contrarrestar el efecto negativo del olvido. El problema es de liderazgo. Por eso me preocupa.
Peña Nieto titubeó, dio vueltas, no supo enfrentar la situación, intentó engañar, quiso pasar como lector de libros cuando no los lee,  se mostró inseguro, sin firmeza, no supo corregir en el instante, no pasó la prueba de ser capaz y de enfrentarse a una situación fuera de script, intentó recurrir a sus subalternos, delegar algo que era indelegable,  mostró su falta de liderazgo, incapacidad para comunicar, se vio carente de información.
 Lo mismo pasó en su intento de leer y hablaren inglés. Lo de menos es que se haya mostrado impreparado e inculto en el habla del idioma de conexión con el Mundo. No fue honesto, no dijo no puedo, no lo necesito ni lo quiero; intentó quedar bien pronunciando palabras en espaninglish, pero lo peor, una vez más recurrió a sus subalternos para que le soplaran cómo se decía Sociedad Igualitaria en inglés.
La percepción fue que el líder no es líder. Eso es lo que preocupa, porque ¿Quién quiere tener como líder a un no líder?         
Sin considerar los factores de poder económico detrás del priista preguntémonos ¿Qué es lo que hace la diferencia para que Enrique Peña Nieto sea el candidato del PRI a la Presidencia y no lo sea, en cambio,  alguno de sus subalternos a los que recurre con frecuencia, y que tal vez si sepan de libros, de autores, o de  de pronunciación de palabras en inglés? La diferencia está en el liderazgo.
Eso es lo que preocupa.
Además de ser sobrino de Arturo Montiel algunas cualidades habrá tenido o tiene para lograr su éxito político y colocarse en franca posibilidad de convertirse en Presidente.  No importa que no lea libros sino quiere, que no hable inglés a la perfección, que desconozca el precio de las tortillas, que se le olvide de qué murió su esposa, no importan otras tantas cosas, con lo que tiene le ha bastado para llegar a donde está, pero todo parece indicar que no es suficiente para ser Presidente de un País.
Sin el halo del poder gubernamental y de una prensa a modo, como la que tenía en su mayoría en el Estado de México, para importantes sectores de la sociedad se ha desmitificado su liderazgo, pero aún sigue teniendo un fuerte impulso social y lo sabe.
Eso es lo que preocupa. ¿Está preparado para ser Presidente de México?
Por el bien de la contienda electoral  y del País, en caso de que gane, ojalá se ponga a estudiar, a leer, a fortalecer sus capacidades, tener sensibilidad, tacto, seguridad y entre otras cosas se informe.
Ojalá se vuelva el líder real y no mediático, aunque parece que es muy poco el tiempo, de aquí a la jornada electoral. Cuando Carlos Salinas fue Presidente de México su padre dijo que se habían preparado 34 años para lograrlo. Miremos  cómo le fue al país.  

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